miércoles, 6 de septiembre de 2006

Sirena voladora

Con afecto para Hilda, la viuda de Tantamount
En el mar le esperaba la belleza,
su séquito de insomnio.

Aurora Luque

1 comentario:

  1. Anónimo6:29 a. m.

    Buenos días, Capitán...

    Los afectos, suelen ser mutuos. Este, lo es.

    Gracias por el ciber mimo.

    ResponderEliminar