A Müller debió de asaltarle un pensamiento extraño tras echarse en la cama, pues se levantó sin hacer ruido y fue a sentarse a su sillón, frente a Kraus dormido. ¿Temía verlo escabullirse? En cualquier caso, evitó cerrar los ojos y, en varias ocasiones, la mirada de Rita se cruzó con la suya, que a ella seguía pareciéndole vigilante y cavilosa.
Esta foto del gato es una autentica maravilla.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, la encontré por ahí y no pude resistir ni la mirada ni la cortina.
ResponderEliminarUn beso.