Se percató de que, en ese país, la gente era ante todo números. Un número de la Seguridad social. Números de cuentas bancarias y tarjetas de crédito. Un número de identificación fiscal. Un número de carné de conducir. Números de teléfonos y direcciones. Así pues, lo más importante era crear esos números. El psicoanalista. John Katzenbach
Te olvidaste de un millón de códigos secretos.
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