jueves, 29 de marzo de 2007

Ven, devórame otra vez...


Una vez, en el parque protegido en el que vivían, ocurrió algo extraordinario: un felino se enamoró de una gacela. Ella le correspondió; incluso llegaron a huir ladera abajo... pero su amor era imposible. Perseguidos y acosados, renunciaron a su relación.

Ella tiene ahora una familia.

Él no ha vuelto a amar a ninguna otra rumiante.
¡Ni a comérsela!

6 comentarios:

  1. Si no te puedes fiar de ninguno...ni uno¡¡¡

    ResponderEliminar
  2. Y que desoués digan que el amor no dosmestica? ;)

    Saludos

    ResponderEliminar
  3. ¿hablamos de amor encubriendo necesidades?
    un saludo

    ResponderEliminar
  4. Anónimo12:40 a. m.

    Como la vida misma...Aishhh...

    Besos...mi capitana

    ResponderEliminar
  5. Un halcón y una paloma, uno tras otro volaban...
    Al menos, la historia del Cheetah vegetariano acaba de una forma menos cruenta querida, y para los tiempos que corren,.. eso, eso ya es algo.

    ResponderEliminar