
Una vez, en el parque protegido en el que vivían, ocurrió algo extraordinario: un felino se enamoró de una gacela. Ella le correspondió; incluso llegaron a huir ladera abajo... pero su amor era imposible. Perseguidos y acosados, renunciaron a su relación.
Ella tiene ahora una familia.
Él no ha vuelto a amar a ninguna otra rumiante.
¡Ni a comérsela!
Si no te puedes fiar de ninguno...ni uno¡¡¡
ResponderEliminarMaldito amor!
ResponderEliminarY que desoués digan que el amor no dosmestica? ;)
ResponderEliminarSaludos
¿hablamos de amor encubriendo necesidades?
ResponderEliminarun saludo
Como la vida misma...Aishhh...
ResponderEliminarBesos...mi capitana
Un halcón y una paloma, uno tras otro volaban...
ResponderEliminarAl menos, la historia del Cheetah vegetariano acaba de una forma menos cruenta querida, y para los tiempos que corren,.. eso, eso ya es algo.