sábado, 14 de julio de 2007

De madrugada

Robot. Range Murata

La madrugada entonces inundó las sábanas.
Terminé por contarle los últimos relatos que leí
y al fin
se me durmió en los brazos
abrigada tan sólo
por la cálida chaqueta de mi piel...


Al cabo del tiempo. Rafael de Cózar
Con-Cierto Visual Sentido

4 comentarios:

  1. Señor, señor..como me gustaría dormirme mientras me leen bajito,
    :-)

    Besitos

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  2. La madrugada no tiene corazón, opina Sabina.

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  3. Para esas madrugadas no sirven de nada los robots. Salu2.

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