
Cuando el patio estaba ya casi sumido en la penumbra, miré a Pepe. su piel de indio parecía contener toda la luz que quedaba en el ambiente; sus ojos chatos, de astucia animal, brillantes, como arrasados por las lágrimas, contemplaban exclusivamente a Dolores. Y de pronto, con un leve sobresalto, me di cuenta de que no tenía celos de ella sino de él.
Otras voces, otros ámbitos. Truman Capote
La vida te da sopresas, sorpresas te da la vida ;).
ResponderEliminarNo me extraña .....
ResponderEliminarbesos
Truman Capote, barriendo siempre para casa. eh? :-)
ResponderEliminarBreve, pero intenso !!! :-)
Besitos, capitana, mi capitana
Truman se cayó del armario :)
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