Quebradizos como alas de libélula, van pasando los años, tan ciertos al final, tan infalibles. Tu piel bajo los besos está llena de heridas y la flor de tu sexo tiene un rincón de sombra. Más tu hermosura vieja sigue siendo un milagro, la inocencia feroz que explica cada verso.
Josefa Parra
Ufff. No sé si es hermoso o duele, o ambas cosas.
ResponderEliminarAmbas cosas, querida amiga, ambas cosas.
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