Vestido a veces así, a veces de señorito encumbrado y a veces de campesino, Daniel cruzó la frontera y llegó a Puebla después de tanto tiempo de ausencia que la boca de Emilia le pareció el primer toque de agua tras el denso desierto.
Mal de amores. Ángeles Mastretta

Maravilloso texto!!
ResponderEliminarUn beso.
Pues me atrevo a recomendar el libro entero: es una historia de amor, de amores, con personajes rutilantes y entrañables, escrita con una prosa riquísima, un placer para todos los sentidos.
ResponderEliminarGracias por tu visita y tus comentarios, tan atentos siempre.
Otro beso.