¿Cuánto valía una carta de amor? A los ojos de Júbilo, mucho. Y en ese sentido él sí estaba dispuesto a derrochar todo lo que guardaba en su interior con tal de manifestar su amor. Y lo decía de corazón, no como parte de un sacrificio. El amor, para él, era una fuerza vital, la más importante que había sentido y experimentado. Sólo cuando una persona sentía su impulso, se olvidaba de sí misma para pensar en otra y desear alcanzarla, tocarla, unirse a ella. Y para eso, no era necesario tener dinero, bastaba con un deseo.
Tan veloz como el deseo. Laura Esquivel
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