Caminaba junto a ella por senderos llenos de agua y de hojas secas, tendiéndole a veces la mano para evitar un charco. Entonces sonreía con una sonrisa sin reticencias.
Caminando por los cielos de la naturaleza, entre la divinidad de los senderos y praderas, se hace precioso el camino cuando alguien te acompaña y te tiende la mano.
Caminando por los cielos de la naturaleza, entre la divinidad de los senderos y praderas, se hace precioso el camino cuando alguien te acompaña y te tiende la mano.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada.
Besos y feliz día.
Muchísimas gracias, un abrazo.
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