lunes, 22 de febrero de 2010

Penúltimas rebajas


Desde la revolución industrial hasta aquí el modelo de producción, aunque enfocado a nuevos productos y mercados, no ha cambiado sustancialmente su estructura. Entre las empresas se suscita la competencia por los mercados; para conquistar los mercados, es necesario abaratar la producción; para abaratar la producción, lo más ventajoso es pagar salarios bajos, lo que no es difícil, ya que desde que existen las máquinas, sobra mano de obra.

Ahora bien, ese trabajador con salarios bajos es el cliente potencial de la industria; para favorecer su acceso al mercado y para que el sistema pueda seguir siendo explotado rentablemente, se inventa el crédito, sin el cual, este castillo de humo se viene al suelo sin solución.


El ansia de beneficios sin fin del capitalismo, inventa la falacia del progreso indefinido y este monstruo pare crisis cada vez más recurrentes y más devastadoras.


¿Y quién gestiona la crisis? Aquellos que la generan: los grandes capitales.


No puede sorprendernos entonces que los perjudicados seamos siempre nosotros, y los agraciados, ellos.

2 comentarios:

hugo luna dijo...

impecable...
...resulta a veces difícil de creer que la historia se repita... pero peor aún es que se repetirá!!!

Roberto Tega dijo...

El engranaje supone que el trabajador explotado (aunque él/ella piense que no lo está) salga del trabajo y dé continuidad al orden capitalista reproduciendo los mismos patrones de consumo que sostienen el sistema. La pescadilla se muerde la cola cuando alguien sale hasta las pelotas de currar y se mete en un centro comercial a seguir dando de comer al jefe de jefe de su jefe. Y eso sucede no pocas veces...