Verano. Alex Katz
Caminaba con esfuerzo, con el libro amarillo bajo el brazo y la toalla sobre el hombro, el rostro deshecho por el sudor y la ansiedad. Tanto que mi padre, al que se le había puesto rápido al corriente de todo y lo seguía con ojos cargados de piedad, murmuró en voz baja: "Pavràz...".
Las gafas de oro. Giorgio Bassani