martes, 30 de octubre de 2012

¿Y los pistilos?


Está en primero de la ESO, tiene 13 años y viene al instituto porque le obligan, porque si no lo hace se lo llevan a un centro de esos. Intento que se comprometa en algo, pero es imposible: se niega. Ésta es una parte de nuestra conversación:

-Estudiar no vale pa ná, maestra.
-Pero ¿de verdad no quieres saber más? ¿no quieres aprender, formarte, conocer más cosas?
-Pero… pa qué…si lo que se aprende aquí no vale pa ná pa ser carpintero, por ejemplo, ¿qué falta me hace a mí estudiar?
-Ahh... carpintero. ¿Al carpintero no le hace falta saber calcular, medir, entender los precios, los descuentos... no tendrá que comprender un día una factura, hacer gestiones en el banco, en el ayuntamiento…?
-Sí claro eso sí… pero ¿y naturales, pa qué sirve naturales?
-Pero… cómo… precisamente ¿no tendrá un carpintero que saber cómo son las maderas que utiliza, de dónde vienen, cuáles son sus propiedades?
-Sí, sí… ¿y los pistilos? ¿y los estambres?

Esto último me lo dijo ya casi gritando, sorprendido de que no lo comprendiera. Salvando la distancia, la muchísima distancia, recordé el final de La lengua de las mariposas.

3 comentarios:

Erna Ehlert dijo...

Me encanta esta entrada.

Me recuerda a mi hijo que es profe de instituto en el Rincón.

Aun no he terminado de leer lo del link: la lengua de las mariposas.
Me parece muy bueno.

Saludos

Índigo dijo...

Me gusta que te guste, es totalmente verídico y, desgraciadamente, cotidiano. El final de La lengua de las mariposas me hizo llorar, las lágrimas corrían atolondradas por mis mejillas; está muy bien resuelto, impacta cómo el niño le grita al maestro las palabras que le enseñó.
Un beso, gracias.

Índigo dijo...

Doblemente gracias, porque me entristecía que esta entrada quedara huérfana de comentario, pensaba que quizá no se entendía bien; ahora ya sé que no.
Ciao.