A Rosalía la vuelta al Ritz le hace flotar en un mundo de
fantasías. En pleno otoño mira los cedros en el centro mismo de Madrid, el sol
broncea las hojas de los árboles. La relación con Carlos siempre le ha
inquietado, es una relación a base de miradas. Se cruzaron pocas palabras, y
sin embargo siempre se entendieron con bastante precisión, por el lenguaje de
las sensaciones, su lenguaje estaba en los ojos.
La novia. Raúl del Pozo. 1995
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