lunes, 20 de abril de 2015

Negra travesía

Sé que esta crisis no es sólo el resultado del fiero engranaje capitalista, sino que es el producto esperado de una planificación macabra orientada al cebo y recebo de los peces gordos. Nunca me engañaron. Allá por el 2008 (siete años ya de rebajas y recortes) sabía que el "hay que refundar el capitalismo" vomitado por las oscuras bocas de mandatarios y políticos, era una pompa de jabón, una burbujita más.
Hemos sido recortados como personas, material y espiritualmente. Hemos vendido por un seco plato de lentejas, bolsillo y alma. Cunde el poder del dinero y en pro del "sálvese quien pueda", cualquier baratija nos sirve. Crecen las desigualdades y la indiferencia. Miramos pero no vemos. Vemos pero no hacemos.

Esta reflexión me la provocado Sami Naïr con su perfecto artículo La frontera de la muerte en El País del sábado 18.


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