Jorge Arche
-¿Quieres que te enseñe la finca? -me pregunta en voz alta. Sé que debo decir que sí, pero no me fío de él. Sin embargo, antes de que pueda responder, él se pone de pie y me tiende la mano. Poso la mía en ella y noto cómo se me contraen todos los músculos del vientre en respuesta a su mirada oscura y voraz.
Cincuenta sombras de Grey. E.L. James
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