martes, 1 de diciembre de 2020

Con un mohín de gozo


Transitando nuevas sendas lo abrazó por la cintura como si fuera un tesoro. Él se quedó inmóvil, como esculpido en yeso. No respiraba. La amante inclinada levantó la mirada y se encontró con un mohín de gozo absoluto. El instinto guió sus besos por la más osada de las veredas hasta que él se desplomó en la cama, boca arriba.

Condimentos del amor. Manuela Canela

No hay comentarios: