El aire frío le humedeció los ojos. Eran castaños, eran dulces, eran ojos de mujer. Le había quitado los ojos a su madre al nacer, ya que después del nacimiento de Svevo Bandini, la madre no había sido ya la misma, achacosa siempre, siempre con expresión de enferma después del parto, hasta que murió, y a Svevo le tocó tener ojos castaños y dulces.
Espera a la primavera, Bandini. John Fante
4 comentarios:
Que mirada mas impresionante ...
Un abrazo
Qué tesoros nos acercas, Indigo...
Gracias y un abrazo. :)
Ojos que nacieron en la gran depresión Norteamericana y continúan naciendo sin un J.Fante para contarlo.
Cuento a todo el mundo lo de tu blog. Porque deseo que tengas el número de visitas elevado al cubo.
Que no todo es disfrutar haciéndolo....
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