El primer día que pasé en Los Ángeles encontré un trabajo de fregar platos en la Cafetería Clifton. Al cabo de unos días fui ascendido a mozo de café y luego me echaron por "tratarme con los clientes", concretamente con una chica que llevaba un volumen de Edna St. Vicent Millay y que me invitó a sentarme a su mesa para tomar un café y hablar de poesía.
La cofradía de la uva. John Fante
1 comentario:
Hay que morirse de asco trabajando, chica. Si entra un atisbo de dicha, ya deja de ser efectivo, rentable, etc.
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