A Müller debió de asaltarle un pensamiento extraño tras echarse en la cama, pues se levantó sin hacer ruido y fue a sentarse a su sillón, frente a Kraus dormido. ¿Temía verlo escabullirse? En cualquier caso, evitó cerrar los ojos y, en varias ocasiones, la mirada de Rita se cruzó con la suya, que a ella seguía pareciéndole vigilante y cavilosa.
2 comentarios:
Esta foto del gato es una autentica maravilla.
Un abrazo
Gracias, la encontré por ahí y no pude resistir ni la mirada ni la cortina.
Un beso.
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