yo transporto viajeros de una orilla a otra orilla.
Los canastos de flores la rodean
como el agua golosa que bandea mi barca:
sus manos son fragantes, las mías tienen callos,
mis ojos son del río, los suyos de la tierra.
Cumplida la jornada nos vemos a escondidas
y yo tejo guirnaldas en sus nalgas y pechos
mientras ella, barquera,
empuja con la pértiga mi cuerpo hacia la aurora:
mis manos son fragantes, las suyas tienen callos,
sus ojos son del río, los míos de la tierra:
ambos somos el otro y este mundo es el cielo.
Homenajes indios. Amaru. Mendigo. Jesús Aguado
3 comentarios:
¡¡Maravilloso!!
Un abrazo!!
Gracias!!!! Me encanta compartir maravillas. Otro abrazo.
hermoso
Publicar un comentario