y he cogido una carretera distinta de la habitual
para llegar a casa y he visto el parque
iluminado por el oro del otoño y por un silencio
perfumado de hoguera que alguien ha prendido para quemar
las hojas que han ido cayendo día a día en noviembre.
El plan de mi costumbre. Ángel Rupérez
1 comentario:
No es a perfume lo que huelen las hojas caídas, aunque si me gustan el resto de metáforas.
Saludos, me alegra leerte tras tanto tiempo.
Publicar un comentario