no lo acompaña nadie más que el frío,
y la lluvia ha velado las farolas,
y uno ve en un café, tras los cristales,
a los otros que ríen, a cubierto.
Y entra en ese café, pero a su mesa
no lo acompaña nadie más que el frío
y el monólogo absurdo de la lluvia.
Torino, 1950. Joan Margarit
En la bodega del barco, el poema completo.
2 comentarios:
No se si es absurdo o no hablar de la lluvia en una época que llueve poco a consecuencia del cambio climático que estamos pasando, recordar que estamos "jodiendo" la tierra creo que es bueno, genera conciencia.
Saludos
Desde luego que sí, un abrazo, feliz finde.
Publicar un comentario