El fin del mundo. Inma Díaz
Mi profesor lloraba mientras yo lo escuchaba. No había ganado dinero nunca con ninguno de sus libros, ni siquiera con el famoso, decía. Se había pasado la vida intentando escribir libros perfectos y, cuando intentaba ganar dinero, no podía. No creía que me sentiría nunca tan vieja como parecía él en aquel momento, pero aquí estamos.
(Sarah Manguso. 300 razones)
No hay comentarios:
Publicar un comentario