Una vez, en el parque protegido en el que vivían, ocurrió algo extraordinario: un felino se enamoró de una gacela. Ella le correspondió; incluso llegaron a huir ladera abajo... pero su amor era imposible. Perseguidos y acosados, renunciaron a su relación.
Ella tiene ahora una familia.
Él no ha vuelto a amar a ninguna otra rumiante.
¡Ni a comérsela!
6 comentarios:
Si no te puedes fiar de ninguno...ni uno¡¡¡
Maldito amor!
Y que desoués digan que el amor no dosmestica? ;)
Saludos
¿hablamos de amor encubriendo necesidades?
un saludo
Como la vida misma...Aishhh...
Besos...mi capitana
Un halcón y una paloma, uno tras otro volaban...
Al menos, la historia del Cheetah vegetariano acaba de una forma menos cruenta querida, y para los tiempos que corren,.. eso, eso ya es algo.
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