El niño quería meterse en mi cama porque había un monstruo en su cuarto. Eso no. Estuve revisando los armarios con él, y cuando lo volví a acostar, me asomé bajo su cama y dije con tono amenazante:
-Mañana tenemos que madrugar. No me conoces cuando no duermo mis horas. Vamos a tener la fiesta en paz.
-Compréndeme tú a mí -respondió el monstruo.
De madrugada. Bernardino Contreras
3 comentarios:
¿Cuesta de septiembre dices, Indigo? Pero si a la vista de tus entradas de septiembre está... el mes te sienta de maravilla.
Gracias por estos regalos a los que nos tienes acostumbrados, Indigo.
:) Abrazo grande.
¿Hay algún crío que no mire debajo de la cama?.
Uy, me ha recordado "Los otros"!! o_O
..los niños siempre tienen la razón !! :-)
Besitos
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