René Magritte
Madre quedó quieta donde estaba, rígida como un pino, y yo era un nudo en el tronco de ese pino. Cinco de mis hermanas parecían sauces, y el niño Sima un roble joven. Todos estábamos ahí de pie, como un pequeño bosque frente al misterioso cuenco de cerámica y el rollo del pergamino con el dibujo del pájaro. Si Tercera Hermana no hubiera roto el silencio con una risa burlona, podríamos habernos convertido en árboles de verdad.
Grandes pechos amplias caderas. Mo Yan
1 comentario:
Un texto precioso; enigmático y cándido a la vez.
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