El panorama económico, cruel realidad en lo micro, es solo juego especulativo en lo macro. Todos nosotros desempeñamos desde hace tiempo una labor muy simple pero al mismo tiempo importantísima: somos las fichas de cambio en la timba montada por los mercados para hacer la mayor caja todos los días.
Esta es una crisis financiera provocada, como su propio nombre indica, por los bancos, a los cuales ya hemos salvado, como poco, tres veces: la primera, cuando nos dejamos enredar en su oferta-trampa como pardillos; la segunda, cuando afectados por su propio veneno cayeron enfermos y fueron curados con dinero público (nuestro dinero); la tercera, cuando seguimos atrapados en sus condiciones leoninas permitiendo que el dinero público recibido solo tenga como efecto el engorde de su cuenta de beneficios. Todavía peor: se rumorea que la operación de salvamento no se da por concluida.
¿Cómo puede entenderse que los bancos responsables de la crisis hayan recibido dinero público a precio de saldo (un raquítico 1%) sin exigencias de ajustes de ningún tipo? Si son los Estados (nosotros) los necesitados de financiación, las condiciones son muchísimo más duras, con exigencias de ajustes draconianos y precios que pueden llegar al 10% de interés.
¿Por qué los políticos nos asustan con el lobo de los mercados exigiéndonos recortes y renuncias para mantenerlos a raya? Todo es mentira. Estamos en manos de bribones de buche insaciable: ceder a su chantaje tiene un resultado ineludible: más chantaje. Si la política no se dedica a hacer política, los grandes capitales, que no están en crisis, permanecerán con la sartén por el mango, y el mango también. Nada cambiará: la pobreza acecha a millones de personas y el hambre mata a otras tantas.
Pero, huyamos del dramatismo pesimista, que por aquí tampoco estamos tan mal: el rey ha podido irse de veraneo a Mallorca como todos los años y, lo mejor, muy pronto nos visitará el santo padre que vive en Roma.
¡Mierda!La economía es el arte de sacarle el mayor partido a la vida.
George Bernard Shaw
3 comentarios:
Bufff... qué bien explicado y qué mala gaita se me está poniendo de nuevo...
Así que me uno al comentario escatológico.
Un abrazo de domingo tormentoso (ha sido una noche de calor terrible).
Laura, te invito virtualmente a un arroz con conejo y verduras que me pongo a preparar ya, para resarcirnos de tanto baboseo.
Gracias por leerme, salud amiga.
Vamos, no lo dudo, acepto encantada, me encanta el arroz de conejo (y todos los arroces) y odio el baboseo.
Es un placer leerte, querida.
Un abrazo grande!!
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