John Atkinson Grimshaw
Las consecuencias devastadoras de la crisis seguiremos padeciéndolas los ciudadanos inocentes, pero no la clase política que es la que nos ha llevado y nos mantiene en este infierno.
Es indignante pagar los platos rotos que otros destrozan; nos asquea hasta la náusea la desvergüenza demagógica que, no satisfecha con hacernos pagar, quiere hacernos responsables de actuaciones fatales que no hemos practicado ni consentido. El Sr. Feijóo ha declarado hoy en RNE algo así como que todos hemos gastado ingentes cantidades de dinero que no teníamos y, como ciudadanos, tenemos una deuda todos y cada uno de los españoles...
No Sr. Feijóo, nosotros no hemos dilapidado el dinero que nunca hemos tenido y que jamás estuvo a nuestro alcance; eso lo ha hecho usted y los de su clase, y no con su dinero, sino con el nuestro. Los ciudadanos no debemos nada; es al revés: usted y los de su clase nos deben a nosotros, a los ciudadanos, todo lo que nos roban cada día: confianza, bienestar, seguridad, expectativas, futuro... y dinero también, claro.
¿Los políticos? Bien, gracias. ¿Los mercados? Mejor aún, gracias.
Es indignante pagar los platos rotos que otros destrozan; nos asquea hasta la náusea la desvergüenza demagógica que, no satisfecha con hacernos pagar, quiere hacernos responsables de actuaciones fatales que no hemos practicado ni consentido. El Sr. Feijóo ha declarado hoy en RNE algo así como que todos hemos gastado ingentes cantidades de dinero que no teníamos y, como ciudadanos, tenemos una deuda todos y cada uno de los españoles...
No Sr. Feijóo, nosotros no hemos dilapidado el dinero que nunca hemos tenido y que jamás estuvo a nuestro alcance; eso lo ha hecho usted y los de su clase, y no con su dinero, sino con el nuestro. Los ciudadanos no debemos nada; es al revés: usted y los de su clase nos deben a nosotros, a los ciudadanos, todo lo que nos roban cada día: confianza, bienestar, seguridad, expectativas, futuro... y dinero también, claro.
¿Los políticos? Bien, gracias. ¿Los mercados? Mejor aún, gracias.
La realidad final
se burla de nosotros.
La realidad final. Alejandro Duque Amusco
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