Me pedís palabras que consuelen,
palabras que os confirmen
vuestras ansias profundas
y os libren
de angustias permanentes.
Pero yo ya no tengo
palabras de este género.
Aceptad mi silencio: lo mejor
de mí. Huid del soplo que pronuncia,
en mi boca,
la amarga condición de lo humano.
Y, entretanto, dejadme contemplar
el vuelo de la ropa
tendida en la ventana.
La luz, el aire y el pájaro. Chantal Maillard
1 comentario:
Tu generosidad se dispara Indigo. Es un buen momento para invertir en palabras. Salu2
Publicar un comentario