miércoles, 12 de enero de 2011

Jaque al peón


Una de las más dolorosas consecuencias de la crisis es el desempleo. El trabajo es la fuente de obtención de ingresos de la mayoría de las familias, por eso la falta de empleo es, desde el punto de vista económico, un grave problema, y desde el punto de vista humano, un drama, un desastre personal y colectivo. Cuando las causas del paro sólo se buscan en el excesivo coste laboral, la flexibilización de los mercados de trabajo se convierte en el tema estrella del discurso político. Flexibilizar el trabajo significa moderar o anular los incrementos salariales, fomentar aún más la contratación temporal y abaratar el despido, disminuyendo las indemnizaciones y ampliando sus causas. Significa también, reducir las coberturas por desempleo y las prestaciones por incapacidad y jubilación.

Pero esta flexibilización no es novedosa: todas las reformas laborales de la España democrática, desde los Pactos de la Moncloa de 1977 hasta hoy, se han realizado siempre en contra de los trabajadores asalariados, cuyos derechos han ido recortándose paulatinamente. Y estas renuncias de la clase trabajadora no se han visto correspondidas por ninguna cesión patronal, ya que en ese lado (también en épocas de bonanza) lo único que encontramos es la demanda constante de mayor desregulación.

Nos enseñaron que los empresarios han de perseguir la búsqueda de beneficio porque la obtención de este excedente permite el crecimiento, y con él, llega el incremento del empleo. Sin embargo, esta ecuación BENEFICIOS = CRECIMIENTO = PLENO EMPLEO hace tiempo que no se cumple. Desde luego, no es lo que persiguen las poderosas empresas globalizadas, las que producen al coste más bajo y venden al precio más alto. Son tiburones del Estado del Bienestar y depredadoras del Medio Ambiente. Asfixian a las pequeñas empresas y a los trabajadores al mismo tiempo que blindan con jubilaciones y despidos multimillonarios a sus altos directivos.

Esas empresas son las que piden un mercado laboral más flexible; es decir, un mercado laboral con menos reglas de juego.

Jóvenes e inmigrantes: primera fila de peones de este ajedrez laboral.

LA LEY DE LA SELVA

2 comentarios:

jesus (of suburbia) dijo...

Aznar y González han encontrado empleo, eso es que la situación va amejor, ¿no? Porque los pobre no llegaban a fin de mes con sus pagas de por vida. Mientras que los que manden sean los beneficiados, no habrá nada que hacer.

Toy folloso dijo...

Imposible explicarlo mejor.
Y para un gobierno endeudado -cualquiera que sea su color-, las sugerencias del capital son como órdenes.....