jueves, 20 de agosto de 2020

Queridos maestros

Mi hermana y yo en el colegio rural de Triana, el primero al que fuimos. Inma Díaz

La lectura es una actividad íntima y solitaria, pero el lector siente, después de leer un libro que le ha impactado, la necesidad de contar la experiencia. Por eso escribimos, principalmente, sobre lo que leemos, sobre lo que nos sugiere la lectura.
Emilio Lledó, al que quiero como si fuera de mi familia, y casi, porque yo lo miro como a un tío o como a un hermano mayor, cuenta en prácticamente todas sus entrevistas, cómo uno de sus primeros maestros, Don Francisco, ocupa todavía un espacio señero en su vida y ha marcado seguramente toda ella, gracias a que a sus alumnos de nueve, diez, doce años, les hacía leer El Quijote, el Quijote de verdad, nada de infames adaptaciones para niños. Y luego, tras la lectura individual y silenciosa, les pedía a esos niños que escribieran "Sugerencias de la lectura". Y lo hacían: leían, comprendían y sugerían.

Admiro a Don Francisco, y gracias a él, a Don Emilio, y a todos los maestros que han necesitado las sugerencias de sus alumnos para enseñar amorosamente, con calidad y con calidez, condiciones ambas imprescindibles para una instrucción no seca ni pedregosa, sino tierna y dulce como lo es la criatura que aprende. Un maestro así empodera a su pupilo para siempre y entre ellos se crea un vínculo feliz e indestructible.

Saludos desde la tumbona.

Fuera de serie. Collage (detalle). Inma Díaz

Llega la edad del frío,
la edad de valorar
los libros ya leídos y las calles tranquilas.

La oscura melancolía de Robinsón Crusoe. Joan Margarit

2 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Me enseñaron a leer y a escribir con "El Quijote", no creo que fuera lo más pedagógico, hasta no hace muchos años no he podido leer el libro tras superar en múltiples ocasiones el intento de hacerlo, siempre recordaba el sistema educativo de la época, errores en su escritura suponía palmetazos en las manos, o estar de cara a la pared, cosas de niños, en una ocasión que se me ocurrió corregir mi error en el libro para que pareciera que no era yo el equivocado, no tendría más allá de 7 u 8 años, supuso llamar a mis padres y tener una buena bronca del profesor ¿?, no tanto así de mis padres. De esa escuela también me viene a la memoria como antes de entrar cantábamos o bien el "Cara al sol" o "Montañas nevadas", por eso digo que mi lectura de "El Quijote", durante muchos años me ha traído malos recuerdos.

He de reconocer que una vez lo leí, no hace muchos años, lo disfruté mucho, que digo, muchísimo, pero ya no era aquel niño, hoy soy el abuelo que se lo recomienda a sus nietos que son muy poco lectores.

Saludos

Índigo dijo...

Yo también lo he leído ya de mayor y también ha sido un disfrute. Lo que sí recuerdo es que aprendí mecanografía con un libro cuyos textos largos eran todos del Quijote!
Un abrazo, gracias por tu comentario.