domingo, 30 de julio de 2023

SOLTAR LA IRA

Animales feroces. Collage manual. Inma Díaz @unalunitagranate

El precio que hay que pagar por ser una misma es tan alto, e implica tanta crueldad hacia los demás -o lo que parece crueldad en esta cultura tan entregada a las constricciones del deber-, que muy poca gente puede permitirse pagarlo. La mayoría traga con lo inaceptable porque eso facilita mucho la vida. ¿En qué punto sentimos que batallar, por muy doloroso y desgarrador que sea, se hace necesario? Se trata de una cuestión atroz. Si una mujer quiere a su marido y sabe lo cansado que está -igual que ella- cuando llega a casa, después de un día de conflictos y tensiones en el trabajo, ¿en qué momento se permite demandar atención, exponerle su situación claramente? Nunca es buen momento. Mi madre se pasó años enterrando su ira, y a veces creo que hacía bien porque, a sus sesenta años, mi padre no habría cambiado. Soltar la ira no habría supuesto diferencia alguna, más que añadir preocupaciones a mi padre, sin llegar a hacerle comprender todo aquello en lo que le había fallado. Así, mi madre se fustigaba por dentro y mi padre nunca creció.

La casa junto al mar. May Sarton

No hay comentarios: