La periodista Anna Politkóvskaya fue asesinada ayer en Moscú, en la puerta de su casa. El Kremlim ha silenciado para siempre su trabajo de búsqueda y denuncia de las torturas sistemáticas al pueblo checheno. El poder absoluto no admite réplica. El Estado, omnipotente y unívoco, tiene miedo y desconfía de los derechos particulares de los ciudadanos. Cercena el derecho a la información porque tiene miedo del ejercicio de la libertad individual, de la defensa particular de la dignidad humana.
1 comentario:
Anna ha muerto el mismo día que Putin cumplía 54 años, bonito regalo. Es un orgullo que alguien tan valiente naciera mujer.
Publicar un comentario