jueves, 16 de noviembre de 2006

El tesoro del amor nos cae encima

Hombre mirando pájaros. Rufino Tamayo


Aunque uno esté desanimado, aunque se muestre irreverente, no quiera hacerlo, no lo espere en realidad, no le apetezca, aunque se sienta indigno o no esté preparado, tropezará accidentalmente y de todos modos con el tesoro. Entonces al alma le corresponde la tarea de no pasar por alto lo que se ha encontrado, reconocer que el tesoro lo es efectivamente y reflexionar cuidadosamente acerca de lo que debe hacer a continuación.

Mujeres que corren con los lobos. Clarissa Pinkola Estés

3 comentarios:

Churra dijo...

Y se encuentra asi, de golpe.
Ese es el tema ¿que se hace despues con el tesoro?

Besos

Cerillo dijo...

Sabias palabras. Los tesoros siempre estan ocultos y aún a cielo abierto no son para todo el mundo visibles.

Anónimo dijo...

muy buen libro!!!!
me gusta tu espacio me parece que sigo cerca.
Saludo