Sin rostro todavía, me fijo en ella. Me llama su estilo impecable y sexi. Una gorra de cuero negro la esconde y resalta a la vez. Se paran a saludarla. Es entonces cuando reconozco su abierta sonrisa. Caigo en la cuenta de que no la veía desde el curso pasado. Anda rebuscando en las estanterías de internacional. Se sienta frente a mí unas mesas más allá; consulta, toma notas. La sala de lectura está prácticamente llena y hace calor. Con gesto perezoso, o cansado, no sé bien, se saca la gorra... ¡oh, es como si se hubiera desnudado para mí! La sorpresa y el deseo se agolpan en mi garganta: se ha cortado el pelo: cortísimo. Me olvido de procesal, del examen y de todo. Sólo quiero estar, no delante, sino detrás de ella, mirando sin descanso su nuca.
5 comentarios:
Buenos días Capitán!
Hoy es muy calmo, tranquilo, más senenidad. Muy bueno, gracias.
Me blog es "SÓ VERDADES.
Hasta siempre
Muy bien narrado, este momento de descubrimiento de la mujer. Y el observador que guarda su lugar al final y prefiere seguir siendolo.
Muy bueno.
Aprovecho para agradecerte todos tus buenos comentarios en los archivos de musas.
Un abrazo.
Es que una nuca bonita..hummm es muy sexi !!! :)
abracitos de alcachofa
A veces el deseo es así de hermoso... e improductivo. Buen texto.
Un beso
Que bueno seria podernos quedar asi. Mirando lo que nos gusta desde atras para no perdernos nada.
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