viernes, 26 de enero de 2007

Gazapos y desatinos (XIII)


Entre empresario y trabajador no media otra relación que la que existe entre un vendedor y un comprador; el trabajo es la mercancía vendida por el obrero; el obrero no puede ser considerado más que como una máquina de carne y de sangre.

P. Bureau

3 comentarios:

Toy folloso dijo...

Vaya un panorama lúgubre.
En la empresa donde trabajo están unos cuantos que cobran una cantidad fija (empleados), y otros que cobran a veces mucho y a veces poco (patrones); apenas ninguna otra diferencia entre nosotros, tal vez sea algo mejor retribuida la responsabilidad que el esfuerzo, cosa que no debería extrañar a nadie.
Dicen que solo sabes lo que es un paraíso cuando estás fuera de él; estoy dentro, pero sé que hay pocas empresas con un carácter así de idílico.
Y ahora voy a rezar un poco para que no se borre el comentario, como lleva un par de días pasando....

Susy dijo...

Cierto,
la oferta y la demanda de carne de cañón.
Eso lo tomó Marx y fíjate la que armó!!!

Muchos besos.

Anónimo dijo...

Pues si que suena fuerte si...y eso que el trabajo dignifica .
Besos.