Conversación. Eduard Potthast
Antes… quiero que llegue a desearlo hasta que no pueda pensar en otra cosa.
Que solo viva anticipando ese momento, temiéndolo y buscándolo, que viva para ese instante mucho antes de tenerlo.
Quiero que se le hinche el pecho de deseo mientras trabaja, va al súper, desayuna o habla despreocupadamente con sus amigas.
La llamo casi todos los días.
Me gusta moverme a su alrededor, hablándole de cosas tontas y mundanas.
Aguardo, pacientemente, a que su piel me pida a gritos las caricias que guardo para ella.
Entonces, sabrá lo que es la ternura.
Que solo viva anticipando ese momento, temiéndolo y buscándolo, que viva para ese instante mucho antes de tenerlo.
Quiero que se le hinche el pecho de deseo mientras trabaja, va al súper, desayuna o habla despreocupadamente con sus amigas.
La llamo casi todos los días.
Me gusta moverme a su alrededor, hablándole de cosas tontas y mundanas.
Aguardo, pacientemente, a que su piel me pida a gritos las caricias que guardo para ella.
Entonces, sabrá lo que es la ternura.
6 comentarios:
Cuando mi piel pidió a gritos... ejem... no fue precisamente lo que supe lo que era. Uauuuu...
Un beso
Vaya, que germosa sensación, sentirá.. y cuanta paciencia!
Ya lo decia mi abuelo "la paciencia es la madre de la ciencia"
Precioso, realmente bonito.
Saber esperar el momento preciso.
Besos
Preciado bocado para el placer...la paciencia
Intenso
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