Conversación. Eduard Potthast
Antes… quiero que llegue a desearlo hasta que no pueda pensar en otra cosa.
Que solo viva anticipando ese momento, temiéndolo y buscándolo, que viva para ese instante mucho antes de tenerlo.
Quiero que se le hinche el pecho de deseo mientras trabaja, va al súper, desayuna o habla despreocupadamente con sus amigas.
La llamo casi todos los días.
Me gusta moverme a su alrededor, hablándole de cosas tontas y mundanas.
Aguardo, pacientemente, a que su piel me pida a gritos las caricias que guardo para ella.
Entonces, sabrá lo que es la ternura.
Que solo viva anticipando ese momento, temiéndolo y buscándolo, que viva para ese instante mucho antes de tenerlo.
Quiero que se le hinche el pecho de deseo mientras trabaja, va al súper, desayuna o habla despreocupadamente con sus amigas.
La llamo casi todos los días.
Me gusta moverme a su alrededor, hablándole de cosas tontas y mundanas.
Aguardo, pacientemente, a que su piel me pida a gritos las caricias que guardo para ella.
Entonces, sabrá lo que es la ternura.
5 comentarios:
Cuando mi piel pidió a gritos... ejem... no fue precisamente lo que supe lo que era. Uauuuu...
Un beso
Vaya, que germosa sensación, sentirá.. y cuanta paciencia!
Ya lo decia mi abuelo "la paciencia es la madre de la ciencia"
Precioso, realmente bonito.
Saber esperar el momento preciso.
Besos
Intenso
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