Sirvo a una causa nociva, recibo un sueldo de una gente a la que engaño, no soy honrado. Pero en realidad no soy nadie, no soy más que una partícula de un mal social inevitable: todos los funcionarios de provincias son nocivos y cobran por no hacer nada... O sea que de mi deshonestidad no soy yo el culpable, sino la época... De haber nacido doscientos años más tarde, sería otro.
El pabellón número 6. Anton Chéjov
1 comentario:
Esto se llama echar pelotas fuera.
Felicidades en estos días.
Un abrazo.
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