En último extremo, la psicología del asesino y del bromista difieren solo en grado. Ambos son sádicos; ambos disfrutan con lo grotesco y con el placer de infligir dolor a otros. Podría considerarse el crimen como la broma definitiva y, a la inversa, la broma como la forma social del asesinato.
El percherón mortal. John Franklin Bardin
3 comentarios:
Inquietante, muy inquietante.
¡¡Coño con el concepto de broma!!, está claro que este no es español y aún menos que andaluz y no decimos nada de si fuera lepero o gaditano.
Menudo humor el del personaje.
Un abrazo.
Sí, se ha pasao un pelín, desde luego, pero a mí personalmente me cansan los chistosos que siempre ejercen de tales y el bromista empedernido algo de sádico tiene, ahí sí estoy de acuerdo con el texto.
Buenos días, abrazote.
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