miércoles, 4 de abril de 2007

Ausencia de luna


Vino el duende que era embajador de la Dicha. Yo estaba ocupado en cosas inútiles, pero que me placían momentáneamente...

-Ven luego -le dije.

Y mi vida, desde entonces, ha transcurrido aguardando desesperadamente al emisario, que no se ha vuelto a presentar jamás.


Alejandro Sawa

2 comentarios:

Edanmir dijo...

Ocupados con placebos de felicidad no me extraña que no podamos recibir a ningún emisario.

Anónimo dijo...

Yo le llamo a gritos y ni viene y tú vas y le mandas volver más tarde en plan funcionaria del égimen ;) ... ainsssssss!!!!