Sonny había tenido que cambiar de opinión sobre tantas cosas a medida que cambiaba su vida, a medida que cambiaba el propio significado de su ridículo nombre: primero fue un capricho de unos padres sentimentales, luego un diminutivo para inspirar confianza a la gente en las concentraciones, para que lo sintieran como uno de ellos, y después un añadido a su filiación en un expediente carcelario: "también conocido como "Sonny". Un delincuente común con un alias.
Todos teníamos nombres diferentes en su lengua, y cada vez que se producía un cambio importante en nuestras vidas, nos los cambiaba. Por ejemplo, a mí al principio me llamaba Mío. Cuando se llevaba la mano derecha al lado izquierdo del tórax, todo el mundo sabía que se refería a Ismail. Más tarde me cambió el nombre y me puso El Chaval que se Mete en la Cama y Lee. En mi época de estudiante universitario fui El Hombre que lleva Gafas. Dos años después, El Hombre que no se Encuentra por Ninguna Parte. Y luego, probablemente, El Hombre que se Ha Marchado.
1 comentario:
De no ser porque nunca fui universitario y aun no me he marchado, pensaria que hablaba de mi.
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