Hay momentos felices que precisan poco,
o mucho, según se mire. Me gusta cocinar para la gente que quiero,
comidas ricas que nos ayuden a ser mejores personas. Si lo hago con
tranquilidad y estoy sola, como hoy, me busco una película
relacionada con el mundo de la cocina y disfruto el doble de la
preparación de los platos. Así acabo de ver El chef, la receta
de la felicidad, una distraída historia fácil de ver, que
arranca risas cuando ridiculiza la comida extravagante y de diseño.
Yo, reivindicando las recetas de siempre, he guisado una cazuela de patatas con pintarroja, cocina malagueña de toda
la vida ¡para chuparse los dedos!
1 comentario:
Pues ya puedes poner la receta de esa cazuela de papas con pintarroja, que yo tengo un buen saque y eso tiene que oler de miedo.
Saludos
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