El 1 de diciembre de 1955 una costurera negra llamada Rosa Parks se negó a cederle el sitio a un hombre blanco. "NO", dijo y continuó mirando por la ventanilla. Aquel "NO" obligó al conductor a detener el autobús e interpelar a la rebelde. Pero Rosa Parks volvió a dar a la autoridad competente un "NO" que tuvo el efecto de un puñado de tierra en el carburador. Parecía imposible arrancar de nuevo mientras el "NO" de aquella negra insolente permaneciera dando vueltas por el interior del autobús. Se avisó a la policía, que detuvo y multó a la mujer, pero el "NO" se extendió como un virus afectando a toda la flota de autobuses. Los negros dieron al transporte público un "NO" colectivo que duró 381 días, al final de los cuales desapareció legalmente la segregación.
Juan José Millás. El País, 5 agosto
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