Una vez a Virgilio, famoso por sus uñas afiladas, lo vieron examinando un volumen de Quinto Ennio. Cuando se le preguntó, deliberadamente, qué hacía, contestó: "Extraigo perlas del estercolero de Ennio". Es posible que la posteridad haya justificado sus saqueos, ya que dos milenios más tarde todo el mundo recuerda a Virgilio, mientras que el pobre Ennio ha sido relegado al estercolero del olvido.
Ex libris. Anne Fadiman
No hay comentarios:
Publicar un comentario