Porque, sépalo usted de una vez por todas, la única sensualidad que vale la pena es la que se nos da envuelta en alma, porque el alma envuelve entonces nuestro cuerpo, como la piel de la uva que comprime la pulpa...
El trabajador se vendió al mayor postor en el mercado de la mano de obra.
Su trabajo no era una manifestación de orgullo personal y de capacidad sino un producto, cuyo valor variaba según la cantidad de otros trabajadores que estuvieran disponibles para realizar la misma tarea.
La producción en gran escala de mercancías baratas llevó el principio de la democracia simplemente al plano material, y la máquina pudo justificarse porque favorecía el proceso de vulgarización.
Si esta nivelación hubiera significado una auténtica igualación del nivel de vida, habría sido beneficiosa, pero en realidad actúo sin uniformidad, siguiendo las líneas más favorables para los beneficios, y por ello nivelando a menudo hacia abajo, socavando el gusto y el juicio, rebajando la cualidad y multiplicando los artículos inferiores.
Y además, por supuesto, estaban los ojos... aquellos lagos de un azul profundo sin el menor blanco, secretos, misteriosos. Jessica se esforzó por no afrontar su mirada.
La situación crítica procede de que la riqueza ha andado y anda en el aire, en papeles y contratos, censo y letras de cambio, en la moneda, en la plata y en el oro; y no en bienes que fructifican y atraen a sí como más dignos las riquezas de afuera, sustentando las de adentro.
Memorial de la política necesaria y útil restauración de la República de España. Martín-González de Cellorigo
Manuela habla de los bonsais del señor Ozu. Son muy grandes, con formas esbeltas, y no presentan en absoluto ese aspecto torturado que suele causar tan mala impresión. Se me antojó, mientras los transportaban por el vestíbulo, que provenían de otro siglo y en sus hojas, que un murmullo parecía atravesar, exhalaban la visión fugitiva de un bosque lejano.