No sabía muy bien cómo ilustrar este poema y se me ocurre poner en Google "reloj erótico" y se me abre un mundo desconocido para mí; no tenía ni idea de que a partir del s. XVII estuvieron muy de moda los relojes con escenas eróticas y con autómatas en plena acción a ritmo de segundero. Parece ser que el mercado principal estaba en China e India. En la actualidad, son buscados con ansiedad por los coleccionistas.
Despierta, vidita mía,
Despierta, vidita mía,
a las vueltas de la luna,
ábreme la puerta, cielo,
que me van a dar la una...
Despierta, vidita mía,
a las horas del reloj,
ábreme la puerta, cielo,
que me van a dar las dos...
Es aquí y no es aquí. Violeta Parra