Hay que imaginarse a la opinión pública como un personaje voluminoso que está dormido. De cuando en cuando, se despierta sobresaltado y tú tienes que aprovechar la ocasión para susurrarle una idea, pero la más simple, la más concisa, porque enseguida se estira, se da la vuelta, bosteza y se dispone a dormirse de nuevo, y no podrás retenerlo ni despertarlo. Entonces, perversamente, te sientas a esperar que su cama se estremezca.
Cálido mece el vino el dolor, arranca de los párpados tersura y a la voz presta suavidad de beso; en el pecho reúne las cosechas sangrantes del perfume, y el llanto en un arrollo de tibieza; apertura del éxtasis que la esencia dispersa por el humo.
Mis ojos y mi boca recorren tu cuerpo como ejército de insectos. Pierden pie en el mercurio de tu piel, se levantan vadean hoyuelos persiguen atajos caen en las trampas móviles que tiendes clavan banderas de amor y de deseo en las cotas vencidas almacenan pedazos de tu calor para pasar el invierno...
con importunidad de colegial entró un rayo solar y fue a firmar el espejo. los ojos deslumbrados, le arrojé mi corazón furiosamente, y SE ROMPIÓ EN MIL PEDAZOS EL SOL en el espejo.